Carla, yo y mis problemas con China

Queridísimas amigas mías,

Como no podía ser de otra manera me dispuse raudamente con mi Louis Vuitton set de pitón, a subirme al primer  Concorde directo a París, al recibir una llamada directa a mi  privé .

Apenas pisar el Grand Palais,  intimas y a flor de piel, Pierre, sabiamente me confesó: “La calidad no conoce de crisis financieras mon cheri”.

Así enfrentamos extasiadas y con un éxito rotundo, la subasta de la colección de arte de nuestro adorado Yves, que rompió con más de 76.484.547 millones de euros, récord mundial para una colección privada.

Sucedieron instantáneamente un récord tras otro: una obra de Henri Matisse se vendió por 45.8 millones de dólares, un precio nunca alcanzado por un cuadro del impresionista francés, y la figura de madera Madame L.R, de Constantin Brancusi, llegó a 37 millones. ¡Qué divertido! ¿no?

Entre las piezas más caras estuvieron las dos cabezas de bronce chinas del siglo XVIII que fueron compradas por 346 millones de euros a un oferente anónimo, y pese a quien le pese, las he colocado en la entrada del jardín de invierno, que me equilibran  el chi divinamente en un perfecto Feng Shui.

El gobierno de China, me exigió la devolución inmediata de las piezas porque fueron robadas hace 150 años del Palacio de Verano de Pekín. Anunció sanciones en su territorio contra mi persona, todas mis empresas y mis acciones en Shangai. Ya he recibido amenazas de que seré sometida a controles mucho más estrictos, pero a mi me importa un comino …anyway.

En cambio, mi amiga Carla (Bruni) cree que los motivos políticos no son ajenos a la polémica, porque desde las protestas al paso de la antorcha olímpica por París el año pasado y el apoyo al Dalai Lama, las relaciones entre ambos países son muy tensas. Yo que ya estaba harta de tanta pavada, alimenté personalmente el debate al ofrecer a China devolverle las piezas a cambio de la liberación del Tíbet y el respeto a los derechos humanos, ¿no soy una genia total?

Pero bueno eso lo discutiremos en otra ocasión queridísimas mías…